La Costa Blanca es mucho más que sol, playa y paisajes impresionantes. En los últimos años, se ha consolidado como un destino de referencia para los amantes del ciclismo, tanto para profesionales como para aficionados. Y no es de extrañar. La provincia de Alicante ofrece una combinación perfecta de carreteras tranquilas, puertos míticos, paisajes espectaculares y un clima ideal prácticamente todo el año.
Y, como no, la bicicleta se convierte en el medio perfecto para descubrir todo lo que esta región tiene que ofrecer, desde majestuosas montañas hasta playas infinitas, pasando por pueblos con encanto y una gastronomía mediterránea que invita a detenerse para disfrutar del recorrido.
Todo esto unido a una infraestructura para ciclistas que ha mejorado notablemente en los últimos años, lo que ha atraído a equipos profesionales y selecciones internacionales que eligen la zona para entrenar y preparar sus competiciones. Los nombres de Coll de Rates, el Alto de Aitana, Xorret de Catí o La Carrasqueta resuenan entre ciclistas de todo el mundo, siendo escenarios inigualables tanto para la práctica deportiva amateur como para eventos de renombre como la Vuelta Ciclista a España.
En este artículo te presentamos 5 puertos de montaña que no te puedes perder si decides rodar por la Costa Blanca. Prepárate para disfrutar de una experiencia que va más allá de los pedales, adentrándote en el corazón de una tierra que combina deporte, naturaleza y tradición.
El Alto de Aitana es uno de los puertos de montaña más emblemáticos de la provincia de Alicante, situado en la Sierra de Aitana, que con sus 1.558 metros de altitud se erige como “el techo de Alicante”. Esta subida ha sido protagonista en varias ocasiones de la Vuelta Ciclista a España, donde ha sido clasificada como puerto de categoría especial, lo que habla de su dificultad y de su relevancia en el mundo del ciclismo.
El ascenso al Alto de Aitana comienza en el pintoresco pueblo de Sella, a una altitud de 339 metros. Desde el inicio, la carretera se adentra en un entorno de montañas imponentes, y aunque los primeros kilómetros presentan una pendiente más moderada, alrededor del 5%, la verdadera prueba física comienza más adelante, cuando las rampas alcanzan su máxima inclinación de un 9,5%.
Es largo y constante, con un desnivel significativo que no ofrece muchos descansos, por lo que es necesario gestionar bien el esfuerzo. A lo largo de los 17,6 km, deberás enfrentarte a curvas cerradas y tramos más exigentes, especialmente en los últimos kilómetros, donde la pendiente media se mantiene constante cerca del 7-8%.
La carreteras está en buen estado, lo que permite una subida técnica, pero es importante tener en cuenta las condiciones meteorológicas, ya que en los días más calurosos del verano el puerto puede ser particularmente demandante. Os dejamos un vídeo de Pericopuerto realizando la subida.
El Xorret de Catí es conocido por su belleza…y sus rampas del 22%. Comenzamos nuestra aventura en Castalla, y desde allí nos lanzamos a un recorrido, “chiquito pero matón”, de 4 kilómetros que se extiende por la CV-870. Desde el primer golpe de pedal, la carretera nos da la bienvenida comenzando con rampas duras del 14%, seguidas por otras del 15% y 18%. Este ascenso se caracteriza por tramos largos y rectos que, a medida que se avanzan, se vuelven más empinados, alcanzando pendientes de hasta el 22%. Si entras pasado de ritmo, pronto sentirás que no avanzas.
En el tramo final, aunque más sombreado y curvilíneo, el esfuerzo no disminuye, y llegar arriba es todo un logro. El paisaje natural que rodea el puerto, entre las Sierras del Maigmó y del Catí, ofrece una vista impresionante para cualquier ciclista que se enfrente a esta aventura.
El Xorret de Catí no solo es un puerto, sino también un lugar que ha forjado la historia del ciclismo español, recordado por los triunfos de ciclistas legendarios como Chaba Jiménez, quien se convirtió en el primero en ganar aquí, y Eladio Jiménez, que repitió la victoria en dos ocasiones.
El Coll de Rates es uno de los puertos de montaña más emblemáticos de la provincia de Alicante, conocido tanto por su presencia en grandes competiciones ciclistas, como la Vuelta a España y la Vuelta a la Comunidad Valenciana, como por su atractivo entre los ciclistas aficionados. La subida comienza en el pintoresco pueblo de Parcent, en la Marina Alta, una región famosa por sus cultivos de almendros, naranjos y viñedos. Este valle, llamado Vall del Pop, es un lugar turístico influenciado por la proximidad de la costa.
Al salir de Parcent, los primeros kilómetros presentan pendientes entre el 5% y el 7%. Tras dejar atrás las primeras curvas de herradura y superar las zonas urbanizadas, los ciclistas tienen la opción de tomar un desvío más suave por el interior, pero la ruta clásica se mantiene por la carretera principal, donde las curvas se van abriendo progresivamente. En este punto, la carretera ofrece espectaculares vistas del Montgó, el valle y el mar, que aumentan el disfrute del paisaje mientras se sigue ascendiendo.
Uno de los puntos más destacados del recorrido es el Mirador de Bérnia, situado a aproximadamente 3 kilómetros de la cima. Desde este lugar privilegiado se pueden observar panorámicas que abarcan las montañas y el valle. Después de este respiro visual, los ciclistas deben prepararse especialmente si se quiere seguir a Tossal dels Diners con rampas de hasta el 15%. A medida que se acercan a la cima, se puede divisar el repetidor de televisión, señal de que el final está próximo, y desde donde se puede admirar el vasto paisaje de la Sierra de Bérnia y la Marina Alta.
La subida al puerto de La Carrasqueta, un clásico entre los ciclistas de la Costa Blanca, es una ascensión constante pero muy llevadera. Desde Xixona (Jijona), se recorren unos 12 km de subida con una pendiente media del 5,7%, lo que la hace una escalada asequible para la mayoría de ciclistas, pero sin perder su encanto.
El inicio de la subida es suave, con un par de falsos llanos que permiten calentar bien las piernas antes de entrar en los tramos más constantes. A medida que avanzas, la carretera se va curvando, y las vistas empiezan a abrirse con panorámicas espectaculares de la costa y el interior montañoso de Alicante.
El viento puede jugar un papel importante, sobre todo en los últimos kilómetros, ya que La Carrasqueta es una zona expuesta. Aquí la pendiente se estabiliza entre el 5% y el 6%, ideal para encontrar un buen ritmo y mantenerlo.
Lo más destacable es la regularidad de la subida. No hay rampas brutales ni cambios bruscos, lo que permite una cadencia constante. En los últimos kilómetros, ya cerca de los 1020 metros de altitud, se siente la satisfacción de haber conquistado uno de los puertos más icónicos de la región, con unas vistas que premian el esfuerzo.
Es un puerto perfecto para rodar con fluidez, disfrutar del paisaje y trabajar la resistencia, siendo apto tanto para escaladores experimentados como para cicloturistas que buscan un desafío sin extremos.
La subida al Port de Tudons es una joya. Con origen en Sella la carretera te invita a encontrar tu ritmo rápidamente. Los primeros kilómetros son engañosos, ya que mezclan algún falso llano con pendientes suaves que permiten rodar con fluidez. Al adentrarse en la montaña, las curvas empiezan a apretarse y la carretera va mostrando su verdadera inclinación, con pendientes que alcanzan picos del 11%.
El tramo final es más suave, y aunque el puerto se sitúa a unos 1.024 metros de altitud, los últimos kilómetros te permiten recuperar el ritmo sin excesiva dureza. Aquí es donde puedes apretar un poco más si las fuerzas lo permiten o simplemente disfrutar de la sensación de estar en una de las subidas más icónicas de la zona.
Para más información, recomendamos visitar la web oficial del Patronato Provincial de Turismo de la Costa Blanca donde encontrarás todo lo necesario para planificar las escapadas y mucho más.
Interesante reportaje. Pero no estaría de más que quienes diseñan las carreras visitaran la subida al Xorret de Catí, por el otro lado. El que comienza en Petrer, nada más salir de la autovía.
Hay unos 15 kilómetros de subida, con alguna bajada corta, pero con tramos largos de subida de gran desnivel. Entre ellos el final que acaba en el collado de descenso a Castalla.
En la misma Serra del Maigmo, alguna etapa, por la vertiente de Tibi, ha acabado en el Balcón de Alicante, lo cual acorta, en mucho, la espectacularidad y dureza de acabar en la caseta forestal de L,alt de Guixop.Con una última subida escalofriante.