A veces, una metáfora es todo lo que se necesita para condensar tres semanas de tensión, dudas, sacrificio y gloria. Wout van Aert, el polivalente ciclista belga del equipo Visma-Lease a Bike, lo resumió de forma brillante tras la última etapa del Giro de Italia 2025: “Nuestro Giro fue como una botella de kétchup vacía, no paramos de temblar y de repente todo salió”, según afirrmó a Cyclingnews.
La frase, surgió después de una jornada gloriosa en Roma. Van Aert, tras lanzar magistralmente el sprint que consagró a su compañero Olav Kooij como ganador de la última etapa, se fundió en un abrazo con Simon Yates, que acababa de conquistar la clasificación general.
“Vinimos aquí con tres líderes y los tres tuvieron éxito”, declaró Van Aert con una mezcla satisfacción. Él mismo, Yates y Kooij firmaron un Giro sobresaliente: dos etapas para Kooij, victoria individual en Siena para Van Aert, y la maglia rosa para un Yates imperial en la alta montaña.
Del desconcierto a la consagración
No todo fue brillante desde el principio. El equipo Visma-Lease a Bike aterrizó en Albania para el arranque del Giro con algunas dudas. Van Aert, en concreto, llegó tocado tras una enfermedad que interrumpió su preparación en Toscana. Aunque fue segundo en la primera etapa, la primera semana se le hizo cuesta arriba.
Pero la tendencia cambió radicalmente con la etapa 9. En los caminos de tierra de Siena, Van Aert demostró por qué es uno de los ciclistas más versátiles del pelotón y logró una victoria que funcionó como catalizador del espíritu colectivo del equipo.
“Han sido 24 horas de locura desde que Simon decidió darle la vuelta a todo”, reconoció el belga tras la etapa final. “Estábamos muy concentrados para rematar y ganar con Olav”. La emoción seguía viva al recordar el ataque decisivo de Yates en el Colle delle Finestre.
“Fue la primera vez que vi a Simon tan emocionado”, admitió Van Aert. “Es un tipo tranquilo, pero se notaba que significa mucho para él. Lo que hizo en el Colle delle Finestre fue especial”.
Un equipo sincronizado
Lo que ha marcado la actuación del Visma-Lease a Bike ha sido el trabajo colectivo. Van Aert jugó un papel crucial en las etapas decisivas, atacando en múltiples ocasiones y trabajando en la montaña para endurecer la carrera a favor de su jefe de filas.
“El comienzo del Giro no fue una pesadilla, pero estábamos teniendo dificultades”, recordó Van Aert. “Pero al final han sido tres semanas brillantes. Misión cumplida”.