De Verona a San Remo. Desde la participación de la ciclista vasca, Joane Somarriba, en los Campeonatos del Mundo en Verona en 2004 y la de otra paisana, Ane Santesteban en la reciente Milan San Remo 2025 veinte años después, muestra la evolución del ciclismo femenino a través de dos grandes ciclistas vascas las cuales han sido protagonistas de este avance.
Veintiún años separan estas dos participaciones de las dos ciclistas vascas en suelo italiano, un período en el cual el ciclismo femenino ha evolucionado exponencialmente. Una disciplina que ha experimentado una transformación notable en las últimas décadas. Muestra de ellos es la reciente celebración de la Milan San Remo, veinte años después.
Una carrera en la que el ciclismo vasco estuvo presente con Ane Santesteban, que cumplió el sueño de competir, igual que los hombres, en la prueba, y además, con una actuación destacada. La del Laboral Kutxa acabó en la posición 35 después de luchar con las más mejores. Cuatro puestos antes que su compañera también vasca, Usoa Ostolaza.
Asimismo, registró un tiempo de 11 minutos y 37 segundos en la ascensión a la Cipressa, un hito que también alcanzó Tadej Pogacar en la carrera masculina que conquistó Mathieu Van der Poel. Calidad suprema.
Un resultado de la ciclista de 28 años que evidencia su excelente estado de forma y capacidad para enfrentar los desafíos de las grandes clásicas. Ane Santesteban, nacida en Errenteria en 1990, representa la nueva era del ciclismo femenino español. Con una trayectoria sólida, ha participado en múltiples ediciones del Giro de Italia y la Vuelta a España, consolidándose como una ciclista versátil y resistente.
Joane Somarriba
El éxito de Santesteban y de todo el pelotón femenino no hubiera sido posible sin el impulso de pioneras como Joane Somarriba. Otra ciclista vasca (nacida en Guernica en 1972) que también corrió antes con el Bizkaia-Durango el cual sostuvo el ciclismo femenino español.
La vizcaína se consolidó como una de las mejores ciclistas españolas de la historia con tres victorias en el Tour de Francia (2000, 2001 y 2003) y dos en el Giro de Italia (1999 y 2000), su carrera marcó un hito en el ciclismo femenino español.
Precisamente, Somarriba participó en esa primera edición de la Milan San Remo, pero en la época de la tricampeona del Tour las oportunidades para las ciclistas eran limitadas. Las carreras femeninas carecían de la visibilidad y el apoyo que tenían las masculinas, lo que dificultaba el desarrollo profesional de las deportistas.
Pasado y presente
En este sentido, Santesteban y Somarriba con la Milan San Remo y el ciclismo vasco como ejes, ejemplifican la transformación de este deporte. La evolución del ciclismo femenino es evidente al comparar las trayectorias de ambas ciclistas. Mientras que Somarriba abrió camino en un entorno con escasas oportunidades, Santesteban compite en un escenario más favorable, con un calendario más amplio y mayor visibilidad mediática.
El renacimiento de carreras como la Milán-San Remo femenina es un reflejo de los cambios positivos en el deporte. Estas competiciones brindan a las ciclistas la plataforma para demostrar su talento y atraer a nuevas generaciones al ciclismo.
Retos y oportunidades
Sin embargo, aún existen retos por superar y solucionar como la brecha económica. La igualdad en premios, cobertura mediática y oportunidades sigue siendo una meta por alcanzar. Es fundamental que las instituciones y patrocinadores continúen apoyando el crecimiento del ciclismo femenino.
Las ciclistas vascas, con su dedicación y logros, han sido y continúan siendo piezas clave en esta transformación. Su ejemplo inspira a jóvenes deportistas a perseguir sus sueños en el mundo del ciclismo.
El futuro del ciclismo femenino, ahora más que nunca, se presenta prometedor. Con el regreso de clásicas emblemáticas y el surgimiento de nuevas estrellas, el deporte sigue avanzando hacia una mayor equidad y reconocimiento.
Es esencial que la comunidad ciclista, aficionados y medios de comunicación continúen apoyando y difundiendo las hazañas de las ciclistas. Solo así se garantizará un crecimiento sostenido y se consolidará el lugar que el ciclismo femenino merece en el panorama deportivo internacional.