Normalmente, el último día del Tour de Francia, más allá de que los sprinters disputen la última volata de la Grande Boucle, es un paseo triunfal por los Campos Elíseos, París y sus emblemáticas calles.
Sin embargo, este idílico y atractivo recorrido tendría los días contados, ya que el final de la edición del Tour de Francia 2025 será totalmente diferente.
Según informa Le Parisien, la edición de 2025 acabará con una jornada con tres ascensos a la emblemática colina de Montmartre. Un recorrido final completamente innovador en el corazón de la capital francesa.
Un cambio que está a punto de romper con la tradición y que se inspira en la carrera olímpica en ruta de 2024 que ganó Evenepoel, que utilizó el mismo espectacular trazado. Una prueba donde corredores como Mathieu van der Poel y Wout Van Aert lanzaron sus ataques antes de que Remco Evenepoel se escapará en solitario para coronarse con el oro. Un escenario con el que la organización del Tour buscará diseñar una etapa final cargada de dramatismo.
Aunque en un buen principio esta posibilidad se consideraba improbable debido a las complicaciones logísticas que implicaba, la posibilidad de terminar en Montmartre cada vez va cogiendo más peso, en parte, gracias al respaldo político de alto nivel. Se dice que supuestamente el presidente francés, Emmanuel Macron, ha apoyado discretamente la propuesta de los organizadores, ayudando a allanar el camino con los responsables municipales y las fuerzas del orden.
Por su parte, la empresa organizadora del Tour, ASO, no quería imponer ni confirmar si idea como definitoria, pero las negociaciones en la sombra han ido por buen camino y han dado sus frutos.
Emoción hasta el final
De esta forma, lejos del tradicional paseo ceremonial, hacia un sprint en los Campos Elíseos, la última etapa del Tour del día 27 de julio promete ser uno de los días con más emoción y tensión. Y por ende, podría tener consecuencias significativas en la clasificación general al ser tres subidas a Montmartre, que anticipan una jornada exigente e intensa.
El hecho de subir tres veces Montmartre y hacerlo sobre adoquines asegura una auténtica batalla por la victoria final que podría decantar la balanza hacia los favoritos que deberían estar alerta hasta el final.
Este cambio substancial forma parte de una estrategia más amplia los organizadores del Tour para innovar y reinventar los momentos más icónicos de la carrera. Una innovación que ya estuvo presente en la edición del año pasado, donde el Tour concluyó en Niza con una emocionante contrarreloj individual.