La seguridad en el ciclismo está sobre la mesa. Los accidentes de Gino Mader, Muriel Furrer y la dura caída de Vingegaard en la Itzulia han hecho reflexionar, y en consecuencia, que se debata como es la seguridad y cómo mejorarla. Un tema central sobre todo después de las polémicas declaraciones de los directores del Tour de Francia y la UCI.
Son muchos los que se pronuncian acerca de soluciones para hacer que el ciclismo sea más seguro sin dañar el atractivo de este deporte. George Ratcliffe, presidente del Ineos Grenadiers, ya se peonunció en una carta a la UCI en la que afirmó que se necesitan ver acciones reales para garantizar la seguridad. Más recientemente, Renzo Oldani, propuso la introducción del llamado coche de seguridad, inspirado en el de la Fórmula 1.
El organizador de la carrera italiana de un día Tre Valli Varesine se refiere al Safety Car que suele entrar en la carrera cuando hay que retirar de la pista partes peligrosas de coches accidentados, o cuando las condiciones meteorológicas se vuelven inseguras para los pilotos.
Una medida que podría ser una posibilidad para aumentar la seguridad en las carreras, más aún, viendo los accidentes y las situaciones climatológicas extremas que ha habido esta temporada. Una posible aplicación en esta temporada hubiese podido ser, precisamente, en la Tre Valli Varesine en donde se detuvo debido a las fuertes lluvias.
La organización respondió a la súplica del pelotón -encabezado por el campeón del mundo Tadej Pogacar- de detener la carrera e incluso cancelarla.
El propio Oldani explicaba la idoneidad del coche de seguridad en ese momento. “Un coche de seguridad podría haber acompañado a los corredores a una velocidad controlada“, explica en una entrevista. Y señalaba que el dúo cabecero, los escapados, podrían haber seguido simplemente rodando, lo que significaba que esos diez minutos de lluvia intensa estaban controlados.
