No sólo hay que hablar de Pablo Castrillo como la gran revelación este año de nuestro ciclismo. También hay que acordarse de un hincha del Oviedo como Pelayo Sánchez y de su magnífico Giro de Italia.
Se atrevió a atacar por dos veces a todo un campeón del mundo como Julien Alaphilippe. Y a la segunda fue la definitiva. A falta de cinco kilometros, en la sexta etapa del Giro de Italia, en Rapolano Terme. Todavía parece que fue ayer cuando Pelayo Sánchez (24 años) nos premiaba con una magnífica e inesperada victoria. No se puede ni se debe olvidar.
Hoy, en el balance de 2024, me he acordado de él porque, para mí, ha sido la otra gran revelación del ciclismo español. La gente habla, sobre todo, de Pablo Castrillo tras su irrupción en la Vuelta a España, pero ¿y Pelayo Sánchez? Insisto en que no es justo olvidarse de él porque Pelayo come casi en la misma mesa que Del Toro, Nys, Steinhauser…, otras de las grandes revelaciones de 2024.
Pelayo ya es una promesa hecha realidad tras un 2024 en el que empezó ganando en Pollença. Después, quedó entre los diez primeros en Valencia y en Figueira. Luego, fue noveno en la general de la Vuelta a Asturias que fue la perfecta anticipación de lo que estaba por venir.
Y llegó al Giro, donde pudo hasta ganar su segunda etapa en Sappada. Sólo un imperial Andrea Vendrame lo impidió. Pero ahí queda lo que hizo Pelayo Sánchez.
Así que de ninguna manera hay que olvidarse de este asturiano de Tellego, hincha impenitente del Real Oviedo que lleva tres años de ciclista profesional en los que ha pasado del Burgos BH al Movistar lo que significa que progresa adecuadamente.
“Estoy realmente contento de como ha ido”, declaró Pelayo tras el Giro de Italia, donde enseñó sus poderes frente a sus ídolos como si fuese uno más: “He rendido en todos los terrenos, en días de clasicómanos como cuando gané o en etapas de montaña… El balance de este Giro fue de enorme satisfacción”. De ahí que el Movistar le haya renovado hasta 2028.