Para todas las corredoras del pelotón mundial, la salida de La Vuelta Femenina 25 desde una capital como Barcelona supondrá una ocasión especial: no es habitual que una ciudad de esta talla, enjundia y patrimonio se cierre durante unas horas para escenificar una carrera ciclista.
No obstante, si hay una para quien esto supondrá un hito sin par en su vida deportiva será Mireia Benito (1996, Llorenç del Penedès).
La tarraconense es la única catalana que compite encuadrada en el UCI Women’s WorldTour, primera división del ciclismo mundial, con los colores del AG Insurance-Soudal.
En él sólo hay otras siete españolas: las baleares Mavi García, en Liv-AlUla-Jayco, y Yurani Blanco, en Human Powered Health; la alicantina Sandra Alonso, en Ceratizit-WNT; y la riojana Sheyla Gutiérrez, la burgalesa Sara Martín y las mellizas cántabras Laura y Lucía Ruiz, en Movistar Team.
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El camino de Benito hasta la élite ha sido singular. Apasionada del deporte en general y del baloncesto en particular, no se planteó competir sobre la bicicleta hasta los 19 años. Fue mientras cursaba sus estudios de Biotecnología en la Universidad de Girona que una serie de lesiones acaecidas en el parqué resultaron en una recomendación médica: montar en bicicleta durante la pretemporada para fortalecer la musculatura de las piernas.
A raíz de esto se enamoró de las dos ruedas hasta el punto de dejar el deporte de la canasta a un lado.
Cuando sintió la llamada de la competición, Benito se enroló en el club catalán Massi-Baix Ter, participante en varias ediciones de La Vuelta Femenina cuando poseía licencia Continental y que hoy día continúa siendo un referente de la escena amateur. Tutelada por los técnicos del equipo y por veteranas como la gaditanaBelén López, desarrolló un estilo de competir caracterizado por la valentía.
A base de escapadas demostró una calidad y un motor que no pasaron desapercibidas para AG Insurance-Soudal, que la convirtió en ciclista profesional en 2023 después de varios años en los que compaginaba los entrenamientos con pequeños trabajos como profesora de clases particulares para poder pagarse los gastos derivados del ciclismo. O, como ella misma dice entre risas: “Hice realidad el sueño que tenía de pequeña, que era conseguir un trabajo que me permitiera ir en chándal todo el día”.
Las dos únicas victorias de Benito como profesional han llegado en la misma cita: el Campeonato de España CRI, en el cual ha podido brillar por sus dotes de rodadora y su técnica sobre la bicicleta. Hace dos años, el triunfo llegó por sólo un segundo sobre Mavi García, que se había proclamado ganadora de las tres ediciones anteriores.
El año pasado, se impuso con claridad a Sandra Alonso y la mencionada Mavi. A la postre, fue una actuación clave para asegurarse uno de los mayores éxitos de su vida deportiva hasta ahora: la convocatoria para disputar los Juegos Olímpicos de París 2024, donde participó tanto en la prueba de ruta como en la contrarreloj.
La Vuelta Femenina ha sido una de las citas más importantes en la progresión de la catalana como ciclista. “Me ha hecho crecer por las buenas y por las malas”, recuerda aludiendo tanto a la tremenda caída que la eliminó de la carrera en 2022 como a su emocionante cabalgada de 122 kilómetros en la tercera etapa de la pasada edición, donde disfrutó de escaparse en solitario camino de Teruel acompañada en espíritu por el recuerdo de una amiga fallecida justo un año antes y cimentó un merecido premio de la Combatividad.
En la salida de la próxima edición de la gran ronda española también habrá una ausencia sentida: “Mi abuelo, que nació en Barcelona y hubiera disfrutado muchísimo de verme competir por las calles de la ciudad”. Esto le añadirá un punto de emoción a su presencia en la Ciudad Condal, a la que llegará después de disputar las clásicas de las Ardenas. Porque en el ciclismo se pedalea con las piernas… y con el corazón.
zihuix