El Giro de Italia 2025 llegó a su fin. Y no fue simplemente una carrera de tres semanas. Fue un caos glorioso, una ópera ciclista que lo tuvo todo. Y como suele pasar cuando la emoción se desborda, algunos se marchan como héroes… y otros, como Carapaz, con consejos geográficos muy concretos.
Como apunta el ex ciclista danés y director deportivo del equipo belga Etixx-Quick Step, Brian Holm en Feltet.: “fue un Giro que nunca se detuvo”, y del que se seguirá hablando durante muchos años.
Las expectativas eran altas y, en muchos casos, se cumplieron. Primoz Roglic volvió a besar el asfalto, mientras que el equipo UAE mostró una vez más que tener el mayor presupuesto del pelotón no equivale a tener la mejor táctica. Según Holm, “descifrar la estrategia del UAE requería un doctorado y un carnet de conducir de los grandes”.
Y entre los despropósitos tácticos, brilló una chispa inesperada: Isaac del Toro. El joven mexicano corrió con una mezcla de instinto, locura y juventud que le dio al Giro un toque salvaje. “Un ciclista que se lanza sin pensar que quedan tres semanas de carrera solo puede caer bien, sin importar el resultado”, destaca Holm.
La batalla del Finestre
En esa misma etapa, Richard Carapaz e Isaac del Toro protagonizaron un duelo más centrado en molestarse mutuamente que en ganar la carrera. Holm no duda en señalarlo: “Se dedicaron más a fastidiarse entre ellos que a competir, y ya sabemos cómo acaban ese tipo de historias en el ciclismo… Mal”.
Simon Yates aprovechó esa guerra fratricida para imponerse con clase en la 20ª etapa, vengándose de aquella maldita edición de 2018. La consecuencia directa fue que Carapaz y Del Toro se eliminaron mutuamente. Por eso, con tono irónico, Brian Holm lanzó su sentencia: “Un buen consejo para Carapaz sería que se mantenga alejado de México durante los próximos 50 o 60 años cuando regrese a Ecuador”, una clara alusión al choque con Del Toro.
Así que Carapaz, si escuchas mariachis, da la vuelta.
