Llegó a ser hasta maglia rosa en el Giro de Italia. Pero es que Andrey Amador (Costa Rica, 1986) desafió la historia de su país en la que apenas existía el ciclismo.
En su informe de ADN figura un hombre alegre y un magnífico ciclista de la clase media que supo trabajar para los demás. Tiene 38 años y se retira en contra de su voluntad “porque no estaba planeado. Pero la vida y el ciclismo son así”.
Y Andrey (Andrey con y) Amador lo deja “tras un año de lesiones y accidentes” que le impidió desarrollar el ciclismo que él ama lo que le ha invitado a descubrir el final. “Hay momentos en los que escuchar a nuestro cuerpo y cuidar nuestra salud es la prioridad”.
Al fondo queda un ciclista reputado y en algunos momentos célebre. Sobre todo en aquel Giro de Italia 2015 al lado de Mikel Landa en el que Amador acabó como cuarto clasificado en la general.
Toda Costa Rica (que es su país natal) se puso en pie, desacostumbrada a hazañas como ésa y a deportistas como Andrey Amador que siempre transmitió pura vida. “Vivimos grandes momentos juntos”, le ha dedicado Movistar en la despedida. “Te deseamos lo mejor en tu nueva etapa”.
Fueron once años en Movistar en los que el buen humor se hizo crónico por culpa de su buen hacer. Nunca hubo nada que reprochar a Amador que, como ha escrito Chente García Acosta, supo ganarse el cariño de todo el mundo. “Un gran tipo, un crack”, escribió al lado de una fotografía en la que aparecen los dos, abrazados y sonrientes, el perfecto símbolo de aquellos tiempos.
Richard Carapaz: “Compi, admiro mucho todo lo que has logrado. Indomable, rebelde y, sobre todo lleno de alegría. Sigue así, que este viaje llamado vida aún continúa”. Jonathan Castroviejo: “Un amigo dentro y fuera del pelotón”.
Las redes sociales, efectivamente, lo han despedido con sumo cariño, que es lo más importante. Pero si se mira su eterna sonrisa se entiende y si se valora su currículum aún más.
Porque en estos 16 años en el alto nivel Amador estuvo en 18 grandes (7 Tour de Francia, 7 Giros y 4 Vuelta a España) y en 19 monumentos (en 2 ocasiones París-Roubaix, 6 Milán-San Remo, 5 del Tour de Flandes, 4 en la Lieja-Bastoña-Lieja y 2 en Lombardia).
Así que se extrañará este nuevo tiempo sin él y, como corresponde, se le echará de menos porque es lo más coherente tras la despedida. A partir de ahora, el futuro dirá. De momento, su vídeo de despedida nos conmueve y nos recuerda que se marcha un hombre con una reputación intachable y que en el mundo no sobra gente así.