La Paris Roubaix es la Paris Roubaix A Tadej Pogacar no le acompañó toda la suerte que un ciclista sueña con tener para correr y completar una de las carreras más exigentes y imprevisibles, la “Reina de las Clasicas”, la Paris Roubaix que se celebró este domingo 13 de abril sobre un recorrido de 259,2 km entre Compiègne y el velódromo de Roubaix.
Su carrera fue de enmarcar hasta que una mala curva a derechas del sector 9 y una moto aparcada en ella le jugó una mala pasada, ya que el esloveno se fue al suelo (km 38) al trazarla mal y perdió comba con su hasta entonces compañero de fuga y máximo rival, Mathieu Van der Poel que estrenaba una bicicleta diseñada para resistir en los adoquines.

Un momento que aprovechó el neerlandés para irse en solitario y ampliar su ventaja respecto al líder del UAE Emirates Team XRG para encaminarse hacia su tercera victoria consecutiva en el “Infierno del Norte”. A Pogacar solo le quedó la opción de confirmarse con un meritorio segundo puesto en su debut en la carrera francesa. Ya en el velódromo, Pedersen y Van Aert que no aguantaron el ritmo de los extraterrestres, fueron tercero y cuarto, respectivamente.
Un esloveno, que hasta el momento, como si se tratará de un veterano en la carrera, no solo sorteó con creces los 30 tramos de pavés de la Paris Roubaix, sino que parecía que flotará sobre los 55 km adoquinados esquivando chanchos y piedras. Junto a Van der Poel reeditaron el duelo de la Milán San Remo que ganó Mathieu van der Poel y del Tour de Flandes 2025 que venció Pogacar tras quedarse solos en el sector de Mons-en-Pévèle después de varios acelerones fracasados de varios ciclistas.
Pogacar y van der Poel fueron los dos más fuertes en una carrera que el vigente ganador del Tour de Francia fue quien encendió la mecha en el sector de Haveluy, a 103 km de la meta. El ciclista de 26 años volvió a endurecer el ritmo en la Trouée d’Arenberg. En cada ocasión, Mathieu van der Poel contraatacó, permitiendo que un pequeño grupo diera caza a la escapada inicial a 92 km de meta.
Momento decisivo
A partir de ahí, la carrera se empezó a decidir con un quinteto con los auténticos favoritos: Pogacar, van der Poel, Pedersen, Bisseger y Philipsen. Las esperanzas de Bisseger que no aguantó el ritmo y de Pedersen con un pinchazo se esfumaron, lo que hizo que se formará el dúo del Alpecin y Pogacar a 76 km de meta.

En Mons en Pevele, el líder del UAE puso tierra de por medio atacando para irse en solitario con Van der Poel. Codo con codo, ambos se encaminaban a meta con la incógnita de saber qué hubiese pasado si no fuese de que 10 kilómetros después Pogacar se cayera en el km 38. Una oportunidad que aprovechó el doble ganador de la Paris Rouibaix para aumentar segundo a segundo su renta.
Favoritos como Pogacar o los ya más alejados, Pedersen o Van Aert no recortaban demasiada distancia. Ni un inoportuno cambio de bicicleta de la locomotora de Kapellen en el Carrefour de l’Arbre no impidieron que Van der Poel pedaleará en solitario hacia la meta para conseguir así su tercer adoquín. Con el mal sabor de boca por su caída, Pogacar acabó segundo, un resultado más que notable en su debut.
De esta forma, Mathieu van der Poel logra su octavo monumento y su tercera victoria consecutiva en esta clásica, igualando el récord de Francesco Moser y Octave Lapize. Un triunfo para el ciclista de 30 años, el cuarto en 2025 y el quincuagésimo cuarto en su carrera. La leyenda del neerlandés sigue.