¿Sabías que se planteó crear una carrera entre París y Moscú para celebrar las dos grandes revoluciones de la historia (la francesa y la bolchevique)? ¿Sabes cómo las bicicletas y los ciclistas lucharon contra los fascismos europeos? ¿Por qué entre 1978 y 2011 la Vuelta a España no pasó por el País Vasco? ¿Sabías que el Barça de ciclismo consiguió varios títulos importantes a lo largo de su historia?
Todas estas preguntas y muchas más se responden en el libro “Un siglo cuesta arriba. Historia popular y política del ciclismo” (Altamarea) de Ramon Usall, que hace un maravilloso repaso de la historia del siglo XX en 40 capítulos (etapas, como prefiere decir él).
“La crónica ciclista de los últimos cien años puede leerse como un fiel reflejo de los acontecimientos políticos y sociales: así, este libro propone un viaje de cuarenta capítulos, o cuarenta etapas, que recorren todo el siglo pasado y muestran cómo el deporte es también, y en ocasiones sobre todo, una metáfora de la existencia humana capaz de ofrecer claves imprescindibles para comprender la realidad que nos rodea”.
Así reza la contraportada de un libro curioso e interesante que repasa el vínculo del ciclismo con la sociedad y la política, principalmente durante el siglo XX.

Y así nos cuenta el propio Ramon Usall la intrahistoria de este curioso libro que, como amantes del ciclismo, nos hará rememorar grandes momentos y conocer otras muchas curiosidades de nuestro deporte favorito.
BICIO: Empecemos por el principio, por el título. ¿De dónde viene? ¿Por qué “Un siglo cuesta arriba”?
Ramon Usall: La idea era revisar el siglo XX a través del ciclismo tomando un poco como punto de partida el nacimiento del Tour que tiene lugar en 1903. Es decir, narrar esos 100 años de historia de la humanidad a través de acontecimientos ciclistas. Era un libro de ciclismo y de política y salió el que al final ha sido el subtítulo: “historia popular y política del ciclismo”. Sin embargo quedaba un poco ensayístico.
Así que, como la primera idea que nos viene a la mente cuando hablamos de ciclismo yo creo que es el esfuerzo del corredor en la montaña, jugamos con esa idea y con que es una crónica del siglo XX; un siglo especialmente complicado para la historia de la humanidad. De ahí surgió el título final: Un siglo cuesta arriba.
Y cómo se mezcla la historia con el ciclismo en el libro?
Se habla de ciclismo, de las grandes proezas ciclistas (y otras no tan grandes) y también de los principales acontecimientos que han marcado el siglo XX. Y los intentamos narrar a través de acontecimientos ciclistas o que tengan que ver con la bicicleta.
Hay una parte que tiende a cierto rigor académico, pero también es un libro que se lee con facilidad, lleno de historias curiosas y atractivas que quizá nos inciten a intentar conocer un poco más sobre sobre algunos periodos históricos del siglo XX.
Tiene sentido… al final a los ciclistas nos gusta escuchar historias de ciclistas… ¿por qué tú eres ciclista, no?
Bueno, yo soy ciclista muy amateur. De hecho yo ahora voy poco en bici. De niño y de adolescente sí que la usaba a menudo. Pero mi pasión por el ciclismo es más como deporte que como práctica deportiva propia. A mí me evoca la juventud y creo que eso le da un valor añadido y un punto de vista sentimental porque nos trae recuerdos muy buenos de lo que es la bici y lo que es el ciclismo en general.
¿Qué criterios has seguido a la hora de seleccionar las historias que aparecen en el libro?
El libro tiene un hilo cronológico a través del siglo XX y junto con la Editorial Altamarea optamos por una estructura de 40 capítulos. Son como 40 etapas de una gran prueba ciclista trasladadas al ámbito de la literatura. Las historias seleccionadas debían tener fuerza e interés desde el punto de vista narrativo pero también tenían que servir para explicarnos lo que había sucedido durante este siglo.
Así empezamos con el nacimiento del Tour de Francia (1903) que es un acontecimiento que está muy ligado a una cosa que pasa a finales del siglo XIX con la etapa prólogo del Tour y llegamos hasta hasta en este caso hasta 2004 para hacer un siglo entero con la última clásica Porto-Lisboa.
Es muy interesante la idea de usar el deporte para entender y conocer la historia.
Es muy bonito encontrar elementos de la cotidianidad que nos sirven para explicar la historia en mayúsculas. Yo creo que ayuda mucho. Y en ese sentido el ciclismo ha sido un deporte muy popular durante todo el siglo XX. Ahora lo sigue siendo, pero yo creo que si nos vamos a la primera mitad del siglo, pues pues tras el fútbol seguramente estaba estaba el ciclismo.
En la elaboración del libro habrás encontrado grandes anécdotas relacionadas con el ciclismo. Cuéntanos alguna que te haya sorprendido especialmente.
Hay muchas cosas que están en en nuestra cotidianidad y que muchas veces ni recordamos. A mí hay una anécdota que me gusta mucho explicar que es la de Mariano Cañardo. Cañardo fue gran ciclista de su tiempo. Era de Olite, pero hizo su carrera ciclista en Cataluña; de hecho es el que más veces ha ganado la Volta a Catalunya. Pues bien, Cañardo dio nombre a un chut muy fuerte jugando al fútbol. La gente suele pensar que era porque era un chico muy rápido y muy fuerte, pero la explicación real es otra. Resulta que Cañardo fue invitado al antiguo campo del Barça en Les Corts para celebrar que en 1936 había ganado la Vuelta a Catalunya en la que muchos pensaban que la organización había favorecido a Mariano Cañardo. El caso es el que comenzaron a pitar al ciclista por este hecho y Cañardo, enfadado, le dio un chut fuerte al balón en el saque de honor.

¿Pero por qué el Barça le invitó al campo?
Pues porque él llegó a correr vistiendo la camiseta del Barça cuando el Barça tenía equipo ciclista. Y de hecho creo que ¡el Barça es el único equipo que puede presumir de haber ganado una vuelta a España por equipos!
Claro, es lo que comentas, que la gente piensa una cosa (como el caso de “pegar un Cañardo” pero luego la realidad es otra. A la hora de tratar cada una de las historia, ¿cuáles han sido tus fuentes?
En un libro como este hay, básicamente, un trabajo de arqueología. A partir de de pequeños datos que uno lee, un primer hilo, puede llevarte a una historia que sirva para para explicar nuestro tiempo. Y luego trabajamos con bibliografía ciclista, periódicos y fuentes documentales de la época.
Te centras esencialmente en el siglo XX… ¿por qué?
Es verdad que en el siglo XIX también hay mucha historia relacionada con la bici. Es cierto que es durante este siglo cuando se construyen los primeros prototipos, cuando surge la bici, cuando nace la primera carrera en 1868 y como en los primeros Juegos Olímpicos modernos celebrados en Atenas en 1896 el ciclismo ya es un deporte olímpico.
Pero es verdad que a mí me llamó la atención ese origen del Tour y que dio origen también a la obra. La situación de la Francia de finales del siglo XIX condicionó el nacimiento del Tour. Resulta que había un periódico llamado Le Veló, cuyas páginas eran verdes y que organizaba grandes pruebas ciclistas. El caso es que este periódico se posicionó en el Caso Dreyfus y de ahí surgió una escisión dentro del periódico. De ahí, de esta escisión, nació el periódico L’Auto, cuyas páginas eran amarillas (de donde surgió luego el jersey amarillo del Tour) y que se atrevió a hacer un Tour de Francia, lo cual era una idea absolutamente alocada para la época. Y sin embargo, gracias a eso terminó comiéndole la tostada al periódico original. En unos años pasó de vender 25.000 ejemplares a unos 900.000 ejemplares a las puertas de la Segunda Guerra Mundial, en 1939. ¡Y todo gracias al éxito del Tour de Francia!
Hablando de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de las historias que se encuentran en el libro tienen un carácter antifascista, más proletario…
Sí, con el subtítulo de “Historia popular y política del ciclismo” creo que queda claro que queremos contar la historia de las gentes humildes, de las luchas por ganar derechos y de las luchas por hacer un mundo mejor.
Y está claro que el deporte ha servido a dictadores de toda calaña para legitimar su posición. Pero también está claro que también se ha usado el deporte para servir a a causas justas y nobles.

¿Y actualmente existe también ese vínculo entre política y deporte?
Ahora podemos ver mucho “sportwashing”. Si miras a los principales equipos ciclistas los patrocinadores son muy variopintos. Hay grandes bancos, grandes multinacionales… pero luego hay un perfil de patrocinadores, por ejemplo, el UAE el Israel HighTech, que nos explica la crónica de nuestro tiempo. Estos patrocinios nos hablan de globalización, de geopolítica, de la expansión del deporte por territorios donde antes no se practicaba y también de ese intento de utilizar esta popularidad del ciclismo para lavarse la cara a nivel internacional.
Yo diría que al final no es tanto que el ciclismo explique el devenir histórico, sino que el ciclismo es un espejo de su tiempo.
Si miramos el ciclismo de nuestros días, es verdad que es un deporte que se ha mercantilizado. Y creo que esto ocurre con la mayoría de prácticas deportivas como la Fórmula 1, Moto GP…

De hecho, más allá de los patrocinios también está el hecho de que cada vez más competiciones se celebran en estos lugares…
Así es. Teniendo dinero es relativamente fácil proponer un nuevo circuito de deportes de motor. Pero en el caso del ciclismo es distinto. En este caso están luchando contra gigantes como el Tour, como el Giro, como la Vuelta… y estos tienen a su favor la historia. Y precisamente la historia es de las pocas cosas que no se puede comprar.
Hay un ejemplo muy claro. Puedes hacer una competición, como hizo Trump en su momento. Puedes llevar a los mejores corredores del momento e intentar que se convierta en la competición de referencia al mundo ciclista. Pero no puedes comprar la historia.
Dicho de otro modo, no puedes es comprar un siglo de historia como tiene el Giro, como tiene el Tour de Francia, como tiene la Volta Catalunya…
Eso es cierto, la sociedad, la historia y el deporte van de la mano… Respecto a esto, cada vez se impulsa más el ciclismo femenino, pero es innegable que no levanta las mismas pasiones (ni atrae la misma cantidad de dinero). ¿Crees que esta situación cambiará? ¿Puede el ciclismo impulsar el feminismo y la igualdad?
Es justo lo que te decía. El ciclismo es un reflejo de la sociedad y en su tiempo lo fue siendo un deporte que era profundamente machista. En el libro cuento algunas historias en ese sentido… Un ejemplo claro es la prohibición que tenían las mujeres de seguir la caravana ciclista. Es decir, hubo un tiempo en que ¡una mujer periodista no podía seguir el Tour y cubrir la carrera!
Actualmente hay un avance notable en el mundo del ciclismo femenino. Al igual que ha habido un avance en el feminismo y el reconocimiento del derecho de las mujeres en la sociedad. Pero es verdad que lo que constata el ciclismo femenino es seguramente lo que pasa también a nivel social: para llegar a la plena igualdad queda mucho camino por recorrer.
A mí se me hace difícil pensar que el ciclismo femenino pueda llegar a corto o a medio plazo generar el mismo impacto económico, mover el mismo dinero, generar las mismas pasiones y mover las grandes cantidades de gente que mueve el ciclismo masculino.
Las sociedades a veces cambian más lentamente de lo que nos gustaría…

Hablando de dinero, en el mundo actual parece que el dinero es lo único que mueve a los deportistas… ¿cree que antes había una mayor pasión “altruista” por el deporte?
Lo que es verdad es que la mercantilización del deporte es exagerada. En el Tour, por ejemplo, en sus inicios, se disputó a través de equipos nacionales e incluso con equipos regionales. Y es verdad que competir bajo los colores de tu país se supone que tiene un componente más emotivo y un poco más altruista. Más tarde se decide que el Tour se competirá por marcas comerciales. Y es que al final son las marcas, las que ponen el dinero.
Lo que sí es cierto es que antes lo que ganaba un ciclista era mucho menos en relación a la media de lo que podía ganar un trabajador de lo que de lo que es hoy en día. Y sí entiendo que eso acabe haciendo que haya menos contacto entre el ciclista y su comunidad de origen. Cuando el deporte era amateur, es verdad que era mucho más noble.
Al final quien pone el dinero, manda…
Hay un momento en el que se introduce el profesionalismo y que en el caso del ciclismo es un momento relativamente precoz. Antes los ciclistas eran mucho más accesibles y seguramente no había jefes de prensa en los equipos que intentaban orientar sus discursos. Al final existe un patrocinio que tiene un interés y que al final igual puede marcharse y si marcha el patrocinio no hay dinero…
Yo creo que al final el dinero no deja de ser una perversión. Y al final condiciona muchas cosas, lo cual es muy comprensible. Sin embargo, creo que es un factor que hay que tener en cuenta para analizar cómo es la realidad de los corredores hoy en día. Un ciclista de la UCI Pro Tour tiene una realidad que no es la que tenía un corredor de los años 20.
Por finalizar… ¿Quién cree que ha sido el mejor corredor de la historia? ¿Y el mejor español?
Bueno… Yo soy un espectador y me interesa más bien lo que pasa alrededor de la carrera, no lo que pasa en la en la carrera misma. Sin embargo, por palmarés y por el canibalismo que marcó sus ganas de ganar, te diría que Eddy Merckx. Yo creo que sin discusión es seguramente el mejor corredor de la historia.

Y hablando de los corredores de aquí, te voy a hablar de Cañardo. Siento una debilidad especial por él en el sentid, que es quizá el corredor que hizo grande la Volta a Catalunya y un corredor que aquí [en Cataluña] nos ha marcado profundamente.
Por ejemplo hay una imagen muy curiosa de él en el Tour de 1936. Poco después de que se produjera el levantamiento fascista del general Franco, hay una imagen de Cañardo con unos milicianos antifascistas en la etapa del Tour que pasaba al otro lado de la frontera de Puigcerdá. Cañardo cruzó la frontera y se hizo esa foto histórica en el mismo tiempo en que ha estallado la Guerra Civil, en Julio de 1936.