La velocidad media es una de las métricas más mencionadas en el ciclismo, pero también una de las más malinterpretadas. Muchos ciclistas la ven como el indicador absoluto de su rendimiento, sin considerar los múltiples factores que influyen en ella. ¿Es realmente tan crucial o estamos sobrevalorando este dato?
¿Es la velocidad media un indicador fiable?
En las competiciones, la velocidad es el factor determinante: quien recorre el trayecto en menos tiempo, gana. Pero en el entrenamiento, la ecuación no es tan simple. Es un error común asumir que mejorar la velocidad media es sinónimo de progreso, cuando en realidad el desarrollo ciclista depende de aspectos como la resistencia, la técnica y la capacidad de recuperación.
Obsesionarse con este número puede ser contraproducente y llevar a entrenamientos mal estructurados. En su lugar, lo más efectivo es entrenar con un enfoque equilibrado, donde la velocidad media sea solo un dato más dentro de un análisis mucho más amplio.
¿Cómo se calcula la velocidad media?
Para quienes no cuentan con un ciclocomputador, calcular la velocidad media es fácil:
Fórmula: Velocidad (km/h) = Distancia (km) / Tiempo (h)
Ejemplo: Si recorres 45 km en 2 horas: 45 km / 2 h = 22,5 km/h
Para tiempos con minutos adicionales, convierte los minutos a fracción decimal y haz la división correspondiente.
Factores que influyen en la velocidad media
Comparar velocidades medias sin contexto puede llevar a conclusiones erróneas. Algunos de los factores más relevantes son:
Orografía: No es lo mismo pedalear en terreno llano que en una ruta con desniveles.
Condiciones climáticas: El viento y la temperatura pueden cambiar drásticamente la exigencia del recorrido.
Estado físico: El cansancio acumulado afecta el rendimiento y la capacidad de mantener ritmos altos.
Rodar solo vs. en grupo: Ir en pelotón reduce la resistencia al viento y permite rodar a mayor velocidad.
Tipo de bicicleta: Una bici de carretera permite alcanzar mayores velocidades que una de montaña.
Así, es absurdo comparar el rendimiento de un ciclista que entrena en un entorno montañoso con otro que lo hace en una llanura. La velocidad media no es un valor universalmente comparable, como pasa con la potencia.
Diferencias entre MTB y Ciclismo de Carretera
Las cifras de velocidad media varían drásticamente según el tipo de ciclismo:
MTB: Un ciclista principiante ronda los 10-12 km/h, mientras que un experimentado puede alcanzar 15-20 km/h dependiendo del desnivel.
Carretera: Un ciclista aficionado suele moverse entre 20 y 30 km/h, con incrementos notables cuando se rueda en grupo.
En competiciones profesionales, los números cambian drásticamente:
Tour de Francia: Promedio superior a 39 km/h tras 3.400 km de recorrido.
Ciclistas profesionales: Contrarreloj > 45 km/h en llano; etapas de montaña > 33 km/h.
Intentar replicar estas velocidades sin la preparación adecuada es poco realista y hasta peligroso.
Velocidad máxima en ciclismo: ¿adrenalina o riesgo?
Si la velocidad media genera discusión, la velocidad máxima despierta fascinación. Alcanzar cifras extremas puede ser emocionante, pero también altamente riesgoso.
En descensos prolongados, los profesionales pueden superar los 70 km/h y, en algunos casos, acercarse a los 100 km/h.
En los sprints finales de etapa, los velocistas pueden rozar los 70 km/h en terreno llano.
Estos valores están reservados para ciclistas con un dominio absoluto de la técnica. Intentar emularlos sin la preparación adecuada es extremadamente peligroso.
La velocidad media es un dato interesante, pero no debe convertirse en una obsesión. Su interpretación requiere contexto y análisis, evitando comparaciones injustas. Un ciclista inteligente no es el que busca constantemente superar su velocidad media, sino aquel que comprende cómo mejorar su rendimiento sin caer en falsas métricas de progreso.
El verdadero secreto no está en pedalear más rápido en cada entrenamiento, sino en saber cuándo y cómo hacerlo.